viernes, 29 de abril de 2011

Dudosa política de empleo y contaminación en Anleo

La empresa Reny-Picot (ahora Reny-Picot-ILAS) lleva muchos años dando empleo en el concejo de Navia y algunos servicios en la localidad de Anleo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La fábrica de procesado de lácteos de Anleo, cuyo director fue nombrado hijo adoptivo del concejo de Navia en la última década, no sólo ha tenido varias causas judiciales por vertidos contaminantes -al menos una de las cuales fue resuelta contra la empresa- sino que, según cuentan varios ex-empleados de la planta, la empresa se sabe todos los trucos para mantener la mayoría de sus empleos en la precariedad.

Dado que la planta ahora alberga a dos entidades empresariales (Reny Picot e ILAS) que en realidad son la misma, los puestos temporales suelen ser despedidos de una para ser readmitidos en la otra. Esto tiene como fin evitar que la duración de estos contratos entren en las fases legales en que el contrato se ha de convertir en fijo. De ese modo, un empleado del nivel más bajo de la fábrica puede estar trabajando varios años en la misma con contrato temporal. Todo esto impide la promoción en el puesto, las ventajas derivadas de la misma, y también la sindicalización de la plantilla. A veces los empleados están temerosos de cometer supuestas indisciplinas ante puestos de dirección, entre los cuales algunos carecen de titulaciones y estudios superiores. La mayoría de los puestos temporales en la planta son los destinados a trabajos para los que no se requiere cualificación ni experiencia, como empaquetado y apilamiento de cajas, aunque a menudo tienen que desempeñar funciones destinadas a puestos especializados. Dado el carácter temporal y no especializado de los mismos, los empleados no se plantean protestar por cualquier cosa, ya que sospechan que podrían ser despedidos con facilidad y su puesto cubierto rápidamente. Los trabajos suelen incluir ciclos de 3,4 y hasta 5 turnos, y algunos empleados no pueden disfrutar de vacaciones.

Las condiciones de seguridad no son el fuerte de la planta. Entre los empaquetadores es fácil sufrir una tendinitis o lesiones articulares leves por movimientos repetitivos. A menudo trabajos peligrosos como manejo de productos químicos se hacen sin la supervisión de un empleado cualificado, con los productos almacenados en una sala que no está correctamente ordenada y limpia. A veces los empleados se ven forzados a hacer trabajos sin material de protección, ya que el almacen de equipos de seguridad sólo abre unos 20 minutos al día durante el turno de mañana. Si un trabajador del turno de noche necesita algún equipo, deberá personarse a las 12 de la mañana en dicho despacho de material aunque no esté en su horario de trabajo.

En cuanto a los vertidos, desde hace varios años son frecuentes -al menos una vez al año- la aparición de mezclas extrañas en el Río Anleo provinientes del emisario de residuos de la planta, y suelen coincidir con grandes mortandades de fauna acuática, como se demostró por análisis oficiales por los cuales un juzgado resolvió en contra de la empresa en los últimos años en al menos una ocasión. La empresa láctea anunció hace tiempo su intención de llevar a cabo una obra de unión del emisario con el de la planta papelera ENCE, situado en la costa varios cientos de metros fuera de la línea de marea. Algunas asociaciones ecologistas de la zona sospechan que esta obra sería un lavado de cara cuyo fin es alejar la contaminación de la vista pero no eliminarla, e impediría detectar los vertidos a tiempo o distinguirlos de los residuos provinientes de la papelera.

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